No debemos vivir enojados, muchas veces usamos esta expresión cuando algo nos perturba, cuando nos sentimos mal, incómodos o nos molesta algo, por algo que expresamos a los gritos o lo ocultamos y luego se siente como algo que nos explota dentro.
Cuando nos enojamos el estrés empieza a dar muestra, no podemos respirar bien, sentimos una opresión en el pecho, es un círculo vicioso y nuestro organismo se ve amenazado y empezamos a segregar hormonas, sentimos una sensación de acidez en el estómago y la presión sanguínea sube.
La ira puede ser controlada, se puede desarrollar habilidades, vivir sin menos ira en las relaciones y tratar de buscar la mejor manera de expresar lo que sentimos y resolver los problemas de una manera más calma.
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