Cuando se trabaja y se pasan muchas horas fuera de casa, llevar una alimentación saludable puede ser un reto aún mayor. De todos modos, será importante tratar de no saltearse las comidas, así como también desayunar de manera nutritiva y abundante, ya que es ésta la primera ingesta del día con la que se dará comienzo a una nueva jornada y la que nos reportará la energía necesaria.
Para el momento del almuerzo, la alternativa más recomendada y económica es llevárselo preparado desde casa. Claro que en este caso será necesario disponer de un tiempo extra anterior (la noche previa) para elaborarlo.
Los menús más frecuentes, de fácil transporte y nutritivos, suelen ser ensaladas, tartas y empanadas, sándwiches -con vegetales también-, pechuguitas de pollo, pastas y pizzas. Quizá en algunos casos, será mejor tener moderación, y llevarlas sólo una vez por semana, tal como la pizza o los sándwichs.
A la hora de la merienda lo más aconsejable es una infusión como té o café, y acompañarlo con galletas (de cereales y/o harina integral, mejor) o una barrita de cereal, o bien un yogur (en lo posible, desnatado).
De más está decir que para comer sano durante el trabajo también deberá ser posible hacerlo de forma pausada y en un sitio adecuado, fuera del trajín propio de la oficina o dependencia laboral: de aquí que tu empresa o sitio de trabajo deberá disponer de espacios propicios para comer, tales como un comedor o una sala de esparcimiento, y que cuentan con refrigerador, microondas y / o horno eléctrico.
Finalmente, a la hora de diseñar tu vianda ten presente que asegurar la dosis justa de proteínas, por intermedio de carnes magras, huevos y lácteos, es muy importante. Así también, sumar más calcio, frutas y verduras, y harinas integrales será de gran ayuda para mantener la salud y el bienestar.
via Vitadelia.com
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